A Izquierda Unida de Cabra: En la distancia, desde el corazón
Tuve la suerte de trabajar con Manolo Carnerero en el grupo municipal egabrense de IU durante la legislatura 1987–91. Desde entonces he seguido con orgullo su trayectoria: en la soledad de su oposición al rodillo del Partido Andalucista y sus mayorías absolutas, en la brega incansable e ilusionada (con la inestimable entrega del llorado Pepe Ortuño) del 99–2007 o en su gestión como Primer Teniente de Alcalde y delegado de Urbanismo en el co-gobierno del último Ayuntamiento.
Resumir estos (casi) 25 años no es tarea fácil y lógicamente dan cabida a errores, pero si desde la óptica de quienes nos situamos en la Izquierda queremos sintetizar lo que Manolo y la Asamblea local de Cabra han representado para nuestro pueblo, bastan unos pocos conceptos: Fidelidad a las ideas, altruismo capaz de resistir a todo tipo de cantos de sirena, coherencia y, lo más fundamental en estos tiempos de crisis, honradez.
Todo el mundo en nuestro pueblo sabe que, antes en la oposición y ahora en el gobierno municipal, a cualquier hora, sin importar el día, ha encontrado en Manolo a la persona que escuchaba su problema, su petición, su angustia... intentando aportar soluciones, anotando la queja o la reflexión en el primer papel que encontrase. Todo el mundo sabe que esa cercanía en la oposición la ha mantenido integra en la actual etapa y lo mismo ha recibido a los ciudadanos que han ido a buscarlo mientras tomaba café como los que han ido, sin ningún tipo de cita, sin ningún tipo de filtro, a buscarlo al Ayuntamiento.
En el contacto directo con el ciudadano ha estado una de las claves de la actuación política de Izquierda Unida en las últimas décadas y ese contacto directo esta vez ha venido acompañado no del trabajo de fiscalización propio de la oposición política, del papel de Pepito Grillo, sino de una capacidad de resolución, de actuación, palpable en todas las áreas gestionadas por el grupo municipal de Izquierda Unida, desde Urbanismo a Deportes, desde Personal y Mayores a Medio Ambiente, pasando por Infancia o Paz y Solidaridad .
Me cuento entre los militantes que no vi acertado entrar en un gobierno municipal con el PSOE. Mis dudas las generaba el temor a que la organización sufriera el abrazo del oso y que los méritos de una buena gestión se los llevase otro partido que no se lo merecía y además nos lloviesen deméritos ajenos.
Hoy podemos constatar que se ha salido con solvencia de ese campo minado y es la hora de pedir a los votantes egabrenses un nuevo paso: que el voto del próximo domingo permita a Izquierda Unida gobernar aplicando su programa , que ante los tiempos que vienen, marcados por una crisis económica que nos afectará aún más , donde las propuestas del PSOE y del PP son cromos intercambiables, cortados por el mismo patrón y al servicio de los mismos dueños, el Ayuntamiento se convierta en un baluarte, en el pilar básico que refleje el pensamiento mayoritario de la ciudadanía: defensa del sector público, transparencia y austeridad en la gestión, participación ciudadana, laicismo, honradez...
En los tiempos que corren asistimos por una parte a una revuelta de privilegiados cada vez más insolidarios, a un reparto injustísimo de la riqueza y por otra a una campaña de descrédito (“ayudada” desgraciadamente por los comportamientos de un sector de los representantes electos) de la política, antesala histórica de los movimientos ultraconservadores. Por ello debe felicitarse a los componentes de todas las listas por haber dado el paso al frente.
Y luego fijarse en los que nos proponen desde unos partidos que no solo se presentan en Cabra, sino que son reflejo de unas propuestas nacionales que condicionarán nuestras vidas a corto plazo:
Desde un PSOE que ha gestionado la crisis beneficiando a los poderosos y perjudicando (recortes, bajada de salarios, pensionazo...) a los sectores que con la boca chica dice defender.
Desde un PP que hasta en sus siglas lleva el lema: “Partidarios de las Privatizaciones” y al que debajo de la pose de estar centrado le asoman, a poco que se le rasque, demasiados tics autoritarios.
Desde un PA convertido desde hace años en islotes desconectados y contradictorios.
O desde una IU que ha visto como se cumplían sus predicciones económico–sociales más agoreras, las mismas por las que tanto “listillo” la acusó de utópica y fuera de la realidad.
El próximo domingo, además de los Programas Municipales también votamos por una idea de país. Y por las personas que en nuestro pueblo serán los encargados de llevarla a cabo.
Por ello, para cuando estéis en vuestra casa o en el colegio electoral eligiendo la papeleta, os propongo un juego: visualizar las imágenes de los cuatro candidatos y pensar a quien de ellos le compraríais -sin dudar- un coche usado si os lo vende diciendo “está en perfectas condiciones”. Si el titubeo os embarga y a tres los desterráis de vuestra mente, por favor, no hagáis la faena de meterlos en el Ayuntamiento, queriendo para los demás lo que rechazáis para vosotros.
Por mi parte lo tengo claro: Manolo y su equipo me venden un proyecto limpio, honrado, que suena bien, no contamina y sirve para llevar a Cabra por carreteras sin baches ni charcos.
Juan Rivera Reyes
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