El concurso de microrrelatos "Pepe Ortuño" ya tiene ganador

 

 ASAMBLEA LOCAL de IULV-CA de CABRA (CÓRDOBA)

I Concurso de Microrrelatos “Pepe Ortuño”

 

- ACTA DEL FALLO DEL JURADO DEL I PREMIO DE MICRORRELATOS “PEPE ORTUÑO”, AÑO 2011

 

Convocado concurso de microrrelatos por la Asamblea Local de IULV-CA, como homenaje a nuestro compañero Pepe Ortuño, se presentan un total de 46 trabajos, habiendo participado 20 autores/as, de distintos lugares de nuestra geografía, desde Cabra hasta Honduras, pasando por Madrid, Granada o Valencia. 

Queriendo dar el mayor dinamismo posible al desarrollo de este Premio se ha hecho uso de las NNTT, y así los microrrelatos han sido enviados via e-mail, se han publicado en la página web de IULV-CA (www.iucabra.org), y el jurado no se ha reunido cómo lo hace tradicionalmente, sino que las opiniones y votaciones se han realizado también via e-mail.

Dado que en las bases se hace constar que se pretende la promoción de la creación literaria, atendiendo tanto al aspecto estético como ético, en clara consonancia con el espíritu de las Jornadas de Cultura y Compromiso, de las que éste Premio forma parte, se realiza una primera fase de selección, por parte de dos personas que por su preparación, por su dedicación laboral y personal, consideramos altamente cualificadas para evaluar la calidad literaria, y al mismo tiempo el contenido social de los trabajos.

 

Dichos miembros del jurado son:

 

D. Antonio Asencio Luna, Licenciado en Filologia Hispanica por la Universidad de Granada, que actualmente ejerce de Profesor de Secundaria en la Comunidad de Madrid, y es colaborador habitual en nuestra página web, con su espacio “Paisajes invisibles”, donde nos oferta alternativas culturales al discurso dominante.

D. Juan Antonio Bernier Blanco, también Licenciado en Filologia Hispánica por la Universidad de Córdoba, igualmente Profesor de Secundaria, de grato recuerdo en el IES Alcalá Galiano de nuestra ciudad, y que en la actualidad trabaja en la Universidad de Sofia en Bulgaria, así mismo reconocido poeta, Premio “Ojo Crítico” de poesía en el 2005, y coordinador desde el 2004 de “Cosmopoética” en Córdoba.

En esta primera selección se valora muy positivamente la carga de buenos sentimientos que existe en la totalidad de los microrrelatos, donde se ve reflejada la preocupación por la infancia, por las personas mayores, por los discapacitados, por los inmigrantes, por los parados, por los indigentes y excluidos socialmente, por los desfavorecidos de los países empobrecidos,por los animales, por el papel de la política y los políticos, por las diferencias sociales, por la corrupción, o por los problemas que impiden la igualdad de género en cualquier lugar, y se selecciona entre ellos a aquellos que tienen una mayor calidad narrativa, incluso “fogonazo lírico”, y que son buenos en su capacidad de comunicar como“puñetazos certeros a la boca del estómago”.

 

Sobre esta selección se efectúa la elección definitiva por parte de los siguientes componentes de la Asamblea Local de IULV-CA:

 

Maria Jesús Caballero Navas.

Juan Francisco Garrrido Jimenez

Manuel Navas Buil

Elvira Asencio Luna

Isabel Montes Romero, que actúa como coordinadora del proceso y Secretaria del Jurado.

 

Con no poca dificultad, ante la calidad literaria y el valor de los mensajes de los distintos trabajos, quedan como finalistas “Avaricia” y “Terror nocturno” de Lola Sanabria García, “La esquina” de Ernesto Ortega, “Huelga General” de Marina Montes Pérez, y “La bondad del ejercicio” de Salvador Robles Miras.

Finalmente el Jurado del Premio “Pepe Ortuño”, año 2011, declara ganador del Concurso al microrrelato titulado “TERROR NOCTURNO” de Lola Sanabria García, de la que habría que decir que envió un total de cuatro microrrelatos, seleccionados todos en la primera fase, y dos de ellos en la segunda.

El jurado valora del microrrelato premiado “Terror nocturno”, su estilo impecable, su sentido narrativo e inteligente combinación con la denuncia social, su capacidad para contar una historia en apenas dos líneas, de comunicar máxima intensidad en una mínima extensión, de sugerir y provocar lo que se siente con esa violencia de género oculta, que tiene más que ver con lo psicológico que con lo físico.

 

Cabra, 14 de mayo de 2010

La Secretaria del Jurado y Coordinadora del Premio de Microrrelatos “Pepe Ortuño"

Isabel Montes Romero

 

 

MICRORRELATO GANADOR:

nº17.- TERROR NOCTURNO

Cambió la cerradura de la puerta. Consiguió una orden judicial de alejamiento.  Pero todas las noches, entra en sus sueños.

Autora: Lola Sanabria García

 

 

 

MICRORRELATOS FINALISTAS:

                                       

 

AVARICIA

La abuela dice que mi futuro está en manos de la justicia y le tiembla la barbilla como si fuese a llorar. “Eso es por el estrés”, me contesta cuando le pregunto. El estrés debe de ser el tío Raimundo, porque cuando vino a casa, también le temblaba la barbilla. Ayer, un señor trajo una carta y la abuela dijo que llamaría a un abogado muy bueno para la defensa. Dijo que el tío Raimundo sólo quiere quedarse con la pensión y habló de una síndrome de Down que era su nieta. La abuela se equivoca, porque yo soy Azucena.

Autora: Lola Sanabria García

 

LA ESQUINA

Tuvo que cambiar su puesto en el banco por una esquina de la Gran Vía; su tarjeta de visita, por un cartel de cartón; los cheques y los depósitos, por unas pocas monedas en el fondo de un vaso de plástico. Poco a poco, se fue acostumbrando a su nueva vida, pero una mañana que se había quedado dormido en el cajero automático, cuando llegó a su esquina, se encontró a otro, más joven, mejor preparado, ocupando su lugar.

Autor: Ernesto Ortega

 

HUELGA GENERAL

El corazón de mi abuelo hizo huelga el 29 de septiembre. Como era Huelga General, le siguió el resto del cuerpo, como tenía que ser. Era la única forma que tenía de protestar... y como siempre, fue contundente.

Autora: Marina Montes Pérez

 

LA BONDAD DEL EJERCICIO

    El hombre, desempleado desde hace unos meses, realiza todos los días treinta flexiones de tronco y cincuenta de piernas, antes de emprender una larga caminata por las principales calles de la ciudad.

Durante el trayecto, se detiene varias veces: aquí da a un pedigüeño unas monedas de sus menguantes ahorros; allí, conforta al amor viudo; acá, se agacha para ayudar a incorporarse al  caído; al doblar la esquina, traslada a paso ligero la cesta de la compra de una anciana… Se encuentra en óptimo estado forma él, el gimnasta bondadoso al que nadie ofrece un trabajo remunerado.

Autor: Salvador Robles Miras

 

 

 

RESTO DE MICRORRELATOS SELECCIONADOS EN LA PRIMERA FASE POR EL JURADO

MIRADAS ROTAS

El viejo mendigo llega a la cafetería.

No le gusta mucho la gente, y pasa varias veces por la puerta,

observando cuántas personas hay dentro, antes de entrar cuando

más tranquilo está todo.

Lleva sus cosas, todas sus cosas, consigo.

Apenas hay nadie a esas horas, luego llegará la gente y las

miradas extrañadas, curiosas o hirientes que le dirigen al

pasar a su lado, como si mirarán a un animal.

Él no ve a nadie, a nadie conoce. Coge de nuevo sus bolsas,

paga y se marcha; al pasar, saluda al hombre reflejado en

la ventana. Otros viajeros llegan.

Autor: Jesús María García Pedrajas

 

EL ARMA MÁS EFICAZ

La música, pese a su inocuidad, se ha revelado como el arma más eficaz para que los dictadores devuelvan a sus pueblos la libertad.

Ben Alí resistía hasta que sonó en el palacio presidencial “Imagine” de John Lennon y decidió abandonar Túnez.

Mubarak no cedió el poder hasta que oyó “Sultans of swing”, de Dire Straits tras lo cual dejó Egipto.

Gadafi abandonará Libia, dejando atrás miles de muertos, sólo después de escuchar “Sunday Bloody Sunday“ de U2, Saleh, Obiang, Kim Joon y demás tiranos cederán ante “Great balls of fire” de Jerry Lee Lewis.

La música amansa las fieras.

Autor: Joaquín Solano Pérez

 

LA VIDA DEBAJO DEL MUNDO

No trates de convencerme, papá. Sí, hay mucha luz pero este sitio es muy húmedo y no tengo ningún sitio para conectar la consola. Además, ¿dónde me ducho? Y encima el aire, que sopla fuerte y frío. Si al menos tuviéramos puertas… ¡Y yo no aguanto el frío, papá!

Además, no quepo en el colchón y cuando llueve se me mojan los pies, porque aquí hay goteras.

Y bichos, ¡muchos bichos! No papá, no, haz algo que yo quiero volver a casa, no me gusta vivir debajo de un puente, con todo el mundo pasando por encima.

Autor: Javier Sánchez Campos

 

CAPRICHOS

Tengo la familia más exigente del mundo: quieren comer todos los días.

Autor: Javier Sánchez Campos

 

SENSIBILIDAD

A la joven forense, aún le duele su trabajo. Roza con la punta de los dedos la frente del anciano antes de ponerse los auriculares y los guantes. Mientras escucha “Alhambra” de Sarah Brightman, corta, pesa, mide y da tejidos a analizar al patólogo. A mediodía, el cadáver parece el viejo cascarón de un barco. No tiene hambre. Deja el sándwich envuelto en plástico sobre la mesa metálica,  y redacta el informe: “Causa de la muerte: abandono con sobre dosis de tristeza”.

Autora: Lola Sanabria García

 

PUEBLO MINERO

Chimeneas que soplan nubes grises y blancas de olor intenso. Cintas transportadoras. Torres altas de pozos profundos. Y el espectro de un minero descubriendo una cinta blanca en la frente al quitarse el casco. Un día más sin grisú, un día más de polvo negro. Nuevo silbido en los pulmones.

Autora: Lola Sanabria García

 

HIPOCRESIA MALDITA

Suzanne, aprovechando la excitación de su cliente, le ató las manos al cabecero de forja de la mugrienta cama. Sin vacilar y contorneando sus caderas, extrajo una pistola de su bolso y le disparó a bocajarro para no fallar.

Se había propuesto terminar con el mundo del que le era imposible escapar.

Dejando atrás el tercer cadáver, que bien podía ser el de un banquero, un fontanero, un profesor, un padre de familia, un hijo, un hermano… salió de aquella pensión camino de su cuarta víctima. La noche no había hecho más que empezar.

Autor: David Moreno Sanz

 

(sin título)

María escucha una chacarera. Sahira un nouba, Oksana deja caer una lágrima mientras en la radio suena Katiusha. A pesar de la distancia, las canciones parecen susurrarles lo mismo a las tres mujeres: “Te extrañamos, hija, vuelve pronto.”.

Autora: Marina Montes Pérez

 

CIEN PALABRAS

Cuando el pordiosero me pidió una limosna, le propuse un trato: le daría todo el dinero que llevaba en el bolsillo, si me resumía su vida; eso sí, en menos de cien palabras. "Mi vida en menos de cien palabras", balbuceó. Pude ver cómo una lágrima se deslizaba por su mejilla antes de que inclinara el rostro. No dije nada, sólo le entregué el dinero y me alejé pensando que ni siquiera un millón de palabras serían suficientes para describir la tristeza, el dolor, las ausencias y las pérdidas que bullían en el limitado ámbito de aquella lágrima.

Autor: Kalton Harold Bruhl

 

 

UN DÍA MÁS

Hoy, después de parar el despertador pensé no ir a trabajar, me sentía cansado, había pasado la noche inquieto en continuo duermevela.

En veintitrés años que llevaba en la empresa no había faltado un solo día sin una buena justificación y no iba a hacerlo ahora por un simple cansancio pasajero así que, presuroso, me levanté.

Al llegar al polígono industrial aminoré la velocidad hasta parar en el arcén, crucé los brazos sobre el volante dejando caer mi cara sobre ellos y comencé a llorar.

Hoy no tenía que ir a la fábrica, no iría nunca más, ayer me despidieron.

Autor: Joaquín Solano Pérez

 

JUAN CON MIEDO

Rodear su bosque hacía que tuviera que caminar todos los días durante dos horas más. Tiempo que aprovechaba para pensar, oler flores, hipnotizar moscas y respirar sol.

El tiempo creció y el bosque desapareció.

Rodear el centro comercial cada día para acercar a sus hijos al colegio caminando, hablando y haciendo el tonto le hacía recordar el porqué de sus miedos y lo que le habían ayudado. Con una sonrisa.

Autor: Pedro Llamazares Gonzalez

 

PELONES

Con cara de papel cerró la puerta de la oficina. Cogió el ascensor directo a la puerta de su coche. "Ya voy, ya voy. Me he entretenido como nunca, lo siento". En diez minutos estaba en los pasillos de Hospital Infantil y su eterno olor a colegio. Un dedo martilleando un reloj impacientemente que respondió encogiendo los hombros. Una sonrisa, como siempre, disculpó su retraso. Sentado ante es espejo se miró la calva. Su única huella. Se ajustó la bata de colores. Un último repaso a la sonrisa y a su nariz colorada. Tomó la guitarra y... ¡¿Cómo estchán ustchedesssshhh?!

Autor: Pedro Llamazares Gonzalez